Chavezdosmilsiempre

Imparable. Es preciso reconocer en primer lugar el impulso arrollador del presidente caribeño; su innata capacidad para ser el centro de un mundo, que apenas reconoce a Venezuela en los concursos de miss universo. Su influencia real sobre los países vecinos y cada vez más lejanos. La creación de un "nuevo" modelo socialista.

Sí, con la colaboración de una notable mayoría del pueblo venezolano y con la complicidad de una ruidosa minoría del mundo exterior.

Los métodos y fines totalitarios del señor Frías vienen respaldados por el éxito de su partido en la democracia, por los votos populares. En el siglo pasado seguramente hubiese llegado al poder en su anterior asonada golpista o a estas alturas habría sido ya depuesto por un contra golpe o instaurado una abierta dictadura.

Pero aquellos días murieron hasta en hispanoamérica, que en cuestiones políticas parece un continente de otros tiempos. Chavez tiene el innegable mérito de hacer triunfar sus ideales totalitarios sobre la estructura democrática respetando las bases de esta(de acuerdo que más o menos, pero como todo el mundo o casi).

La izquierda no había vivido un proceso similar, una instauración pacífica y legal de la "revolución", el modelo hitleriano parecía aplicable exclusivamente a determinados casos de la derecha.

Chavez rompió la norma y con una convicción y una paciencia digna de un maligno señor de la gran pantalla lleva dando pasos en una dirección fija desde hace casi una década.

El error histórico de la no comparecencia de la oposición a los comicios anteriores fue un gravísimo error que podrían haber pagado mucho más caro y pese a todo Chavez ha mantenido las formas mucho más de lo que le podía exigir un parlamento monocolor. Tal vez llegó a acariciar en algún momento la idea de mantener la democracia dentro de su dictadura, pero sin duda despertó del sueño tras el rechazó de su reforma constitucional.

El paso lento y seguro, la calma confiada del señor Frías se desvaneció, podía ser derrotado, la democracia seguía viva y la oposición pese a todo seguía teniendo una oportunidad.

La ralentización del proceso político en contraposición del proceso económico no podía continuar. Se rumió la derrota y se acabó con la victoria del mandato continuado, pero era solo el primer asalto. La democracia había demostrado sus riesgos y Chavez ya despertado de la ilusión no parecía dispuesto a asumirlos. Pasos lentos y calmados, cuando se detenta un poder legítimo y casi absoluto no deben existir las prisas, las formas no deben estropear el fondo.

Ha llegado con prisa pero sin pausa la hora de barrer la oposición política y de dar el golpe de gracia al sistema democrático, más allá de bravuconadas o intimidaciones. La eliminación de la oposición desde el ámbito judicial, los principales líderes opositores son acusados de extraños y simultáneos cargos de corrupción.

Se descabeza un movimiento que comenzaba a atosigar a alguien que seguramente se sienta estresado ya con cualquier cosa que sea menos que lo que tenía (un parlamento monocolor).

Las acusaciones son cuando menos sospechosas, no por ello infundadas todas, ni tampoco de por sí. Hay que estar espectantes en Venezuela, porque como ocurre con las estrellas la muerte natural de la democracia por sus propios medios ocurre solo una vez en la vida y en la nuestra parece que llega el momento.

Pongamos nuestros telescopios rumbo a la revolución del siglo XXI para asistir a la más que probable defunción legal de la democracia venezolana. Es sin duda una cita histórica.