Malditos y cobardes

Cuando ayer estábamos viendo el partido nadie pudo responder a porque desconectaron en el momento del himno, el sentimiento de incredulidad ante lo sucedido dejo libre espacio a la imaginación.

En realidad se trataba de un nuevo acto de cobardía, de una nueva cesión ante el agresivo e insultante nacionalismo periférico.

Las naciones como toda entidad viva pueden morir, España está en trance de muerte, pero no por motivos naturales, sino por asesinato. Está siendo asesinada por una clase política de mierda, cobarde y resultadista, que solo ve las sumas para mayorias paupérrimas, que solo cuenta adhesiones para alcanzar el poder, para tener el poder por el poder, para no hacer nada.

La encrucijada nacional que nos situa entre Argentina y Yugoslavia avanza inexorablemente guiada precisamente de las fuerzas vivas de la nación, su clase política, sus instituciones, sus medios de comunicación, el mundo empresarial y sindical y la ausente ciudadanía cobardes y malditos todos. Al frente del cortejo fúnebre en el que desfilamos con el muerto aún vivo va un presidente lamentable traidor al país, traidor a la nación y traidor al estado.

Traidor porque bajo su báculo no ha hecho nada por defender España en esta triple dimensión de los retos que se le presentan sino que ha cedido sistemáticamente a su desprestigio y desgaste.

El rey no es menos responsable de la situación, de pie como una marioneta con los morros tórcidos mirando lo que ocurría, ahora y siempre, sin hacer nada; siendo un jefe del estado especializado en conservar su puesto.

Todos, desde el primero hasta el último han tenido responsabilidad, en sus cesiones de soberanía, en sus pataleos permanentes por alcanzar el poder a cualquier precio, se han preocupado de ellos mismos, pero no del nosotros que forma la soberanía nacional.

Anoche se vieron los resultados de 20 años de estatutos, gaitas y educación mitológica, lo han conseguido, se han cargado España.

No hace falta explicación, Barcelona y Bilbao politizan el deporte con total impunidad, la total impunidad que permite exhibir en campos banderas pro terroristas, anti españolas o pre constitucionales. Se les ha consentido todo, TODO.

Lo que ayer se escuchó nitidamente es algo que no debe engañar a nadie, una lección al futuro ciudadano Borbón y una evidencia: el estado de las autonomías ha convertido a España en potencia ocupante de regiones antes españolas, las cosas claras, una afición no es un grupo de radicales, es una representación bastante aproximada de la sociedad.

Una vez más España se encuentra ante el abismo, entre decidir perder una parte o perderlo todo. Anteriores episodios españoles se escenificaron con las decadentes frases de "Flandes o nada" o de "hasta la última peseta y la última gota de sangre" con las amargas y trágicas consecuencias que sabemos.

Yo digo basta, la barrera de odio que ellos han creado y que vosotros habeis consentido no puede ser derriba a cabezazos sino a costa de un tremendo costo para la sociedad en general. Las naciones deben ser antes que nada proyectos comunes, los proyectos como cualquier cosa se construye, vosotros habeis sido incapaces de construir nada y lo que es peor habeis permitido y alentado que partes del todo construyesen sus proyectos incompatibles.

Quieren irse, que se vayan. No hay remedio ante tamaño mal que no fuese peor que el posible daño de esta solución. Es hora de licenciar los fantasmas de nuestro pasado, acojer a los exiliados que huyan de las nuevas fantasias y devolver su odio. La única realidad es que en este país ya solo existen dos naciones, la vasca y la catalana, nosotros tendremos que construir la nuestra a su semejanza cuando se hayan ido.

El estatuto de la región autonoma de España se hunde en múltiples sentidos, en la inoperancia de un gobierno de tómbola que regala bombillas que nunca llegan y promete ordenadores. Un gobierno y una oposición sin rumbo real, que ponen dirección al primer atolón para encallar a pique. Somos un país de cobardes, un país de mierda que hace tiempo que ha dejado de merecer existir, cada pueblo tiene lo que se merece y nosotros no somos diferentes a Venezuela, incluso estamos peor.

Quería hablar de la caradura de un presidente que habla del 11M entre chistes sobre Elvis mientras nos enteramos que mintió la fiscalía en el tipo de explosivo, mientras absuelvemen masivamente a los acusados y mientras desconocemos los autores materiales e intelectuales del crimen. El 11M está cerrado y vale ya. Que asco de país que solo se mueve detrás de dos tetas operadas.

El grado de disolución de la vida pública es tal que parece que nos encontremos en los tiempos de Cayo Julio César. Este vencedor indiscutible a costas del derroche, el populismo y la irresponsabilidad no tuvo gran reparo en decir a dos campesinos que le solicitaron protección a vosotros solo os salva la guerra, preparaos porque será pronto.

Así estamos en espera de algo, mientras nuestra clase política enfangada en su propia mierda se pelea solo y exclusivamente por sus ansias de poder, sin pensar en nadie, sin límites morales, sin otro objetivo que mandar.

Yo sigo pensando que Raul es culpable.