El mundo es del viento

Una "marea humana"

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miércoles, 17 de junio de 2009

Normalmente toda generación tiene su contrageneración, habitualmente los abuelos comienzan una nueva corriente, que en los padres toma plenitud y desarrollo, pasa de ser revolucionaria a ser oficial y con los hijos comienza a invertirse el esquema desafiando ese consenso generacional.

Nuestros padres fueron la generación que rompió el consenso franquista y lo suplantó por un nuevo consenso político, pero nuestros padres ya son respetables abuelos en muchos casos y nosotros más o menos comenzamos a ser la generación plena que llega creyendo en los valores ya instituidos, sin un ápice de revolución, acomodados y despistados. Somos una generación intranscendete, que vio a sus padres cambiar las cosas y que verá a sus hijos desafiar sus sistema de valores, más allá de las creencias.

Como generación obediente tenemos las cosas jodidas, nunca lograremos lo que logró la generación anterior despojando de sus lugares de poder a los anteriores, nosotros heredaremos la tierra o lo que quede de ella, para ver como nos expulsan nuestros hijos.

Carentes como generación de ninguna clase de estímulo, conscientes de que todo va bien, con inquietudes y preparación (como no puede ser de otra forma) pero sin un proyecto total de reforma, de revolución, de inovación incendiaría, agarrados a la risa y la ironía, una generación de escépticos e indolentes.

Ya estamos llegando, despacio,sin hacer ruido, cogiendo lo que se nos manda, sin hacer muchas preguntas, entretenidos con nuestro ocio y aceptando los defectos como algo inevitable, no vamos a cambiar nada, al menos nada estructural.

Es algo casi biológico, es preciso un periodo de calma entre dos de tempestad para garantizar la sostenibilidad social, después de los Gracos hubo que esperar hasta Mario y después de este hasta César.

Los hijos del régimen somos conservadores y pacíficos, disolutos y felices. Sin empuje, sin motor, sin ansías, carecemos de fuerza para transmitir a la siguiente oleada el respeto por lo que nosotros hemos disfrutado con indiferente parsimonia.

Ya habrán comenzado a nacer las hoces que cortarán nuestrs espigas, las plumas que borrarán nuestras leyes, las carteras que ocuparán nuestros sillones. Mientras seguimos de becarios esperando heredar la tierra prometida, podemos comenzar a escuchar los llantos de la generación de hierro que se aproxima.

Nos queda tal vez un cuarto de siglo para progresar en nuestra pausada alegría, para conservar la calma, no llegaremos a los 60 en los decanatos, ni en los consejos de administración, ni siquiera al frente de organizaciones sociales o sindicales, seremos barridos "como el agua entre las rocas" cuando ellos reclamen su sitio e impongan su revolución.

Sin embargo mirámos al futuro como aristócratas, despreciando todo lo que ellos podrán hacer, esperando como hidalgos mileuristas con nuestra ropa de marca y la cama en casa de los padres hasta que heredemos la tierra y el título.

Pronto una revolución que no entenderemos desbordará nuestra cansada indiferencia, no sabremos defender nada y lo perderemos todo, no sabemos hacia donde nos llevará su marea, ni siquiera si nos permitirán asirnos al madero del naufragio, esperemos sentados la derrota.

Yo sigo pensando que Raul debe ser destruido.

2 comentarios:

Javi dijo...

Parece un monologo propio de Tyler Durden, gran JAB, al estilo "somos los hijos malditos de la historia...no hemos sufrido ninguna gran guerra, ni una depresión...la tele nos hizo creer que seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock...y ahora al comprender que no lo seremos, nos cabreamos" XD

Un saludo!

17 de junio de 2009, 11:03
Darío Dossoles dijo...

esta claro xd maldita sea la suerte xd

19 de junio de 2009, 3:15

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